Es muy común escuchar que alguien pida su platillo sin yemas, tanto que incluso en los menús existen en el apartado de platillos light, sándwiches de claras, omelettes y otras mil opciones más.
Sin embargo, muchos no se ponen a pensar porqué. Toda las personas a las que preguntes dan la siguiente explicación: «es que me estoy cuidando«.
En parte tienen razón. Las claras casi no aportan grasas al organismo, pero tampoco otorga vitaminas como la A, D y E, incluso el aporte de proteínas se ve reducido a la mitad; además el tipo de grasa que aporta la yema se considera saludable.
De hecho, la yema del huevo contiene una sustancia llamada lecitina, que ayuda a evitar enfermedades cardiovasculares.
En resumen, es preferible buscar la reducción de grasas en otros tipos de alimentos huecos como botanas y garnachas, que no aportan nada a nuestra nutrición y seguir consumiendo el huevo completo.
Claro, a menos que presentemos algún diagnóstico de afección cardíaca o altos niveles de colesterol. Solo en esos casos se debe de eliminar de nuestros platos.